Hoy les traigo un poema que un día tome de un tendedero que estaba en una venta de libros por la cual pase de casualidad, además de que le dije a un amigo que lo subiría al blog, pero se me fue el avión y pues no lo había podido subir, pero no hay fecha que no se llegue y tiempo que no se cumpla.
RECORRIÉNDOTE
Quiero morder tu carne,
salada y fuerte,
empezar por tus brazos
hermosos
como ramas de ceibo,
seguir por ese pecho con el que
sueñan mis sueños
ese pecho-cueva donde se
esconde mi cabeza
hurgando la ternura,
ese pecho que suena a tambores
y vida continuada.
Quedarme allí un rato largo
enredando mis manos
en ese bosquecito de arbustos
que te crece
suave y negro bajo mi piel
desnuda
seguir después hacia tu ombligo
hacia ese centro donde te
empieza el cosquilleo,
irte besando, mordiendo,
hasta llegar allí
a ese lugarcito
-apretado y secreto-
que se alegra ante mi presencia
que se adelanta a recibirme
y viene a mi
en toda su dureza de macho
enardecido.
Bajar luego a tus piernas
firmes como tus convicciones
guerrilleras,
esas piernas donde tu estatura se
asienta
con las que vienes a mí
con las que me sostienes,
las que enredas en la noche
entre las mías
blandas y femeninas.
Besar tus pies, amor,
que tanto tienen aun que
recorrer sin mí
y volver a escalarte
hasta apretar tu boca con la mía,
hasta llenarme toda de tu saliva
y tu aliento
hasta que entres en mí
con la fuerza de la marea
y me invadas con tu ir y venir
de mar furioso
y quedamos los dos tendidos y
sudados
en la arena de las sábanas.
Gioconda Belli
No hay comentarios.:
Publicar un comentario